No es fácil valorar la limpieza de una ciudad e influyen muchos aspectos a la hora de determinar cuál es la ciudad más limpia, pues no sólo es limpia una ciudad que tiene sus calles sin basuras y desperdicios sino que, además, también se tiene que caracterizar por su efectividad en el mantenimiento y la gestión de sus residuos, cuidando el medioambiente proporcionando a la ciudad calidad en su aire, agua y ruidos.
Pero, sin duda, uno de los principales pilares para tener una ciudad limpia es la concienciación de sus ciudadanos. Es muy importante que los habitantes se preocupen y ocupen de que sus avenidas, aceras y parques estén limpios y bien cuidados, que sus coches y fábricas no produzcan más gases tóxicos de los permitidos, y que sus ríos y mares no estén repletos de basuras que contaminen el agua.
Así, en España y Europa destaca, por encima del resto, la ciudad de Oviedo como la más limpia, según los resultados de diversos estudios y encuestas realizados por entidades nacionales y continentales entre las principales urbes. Un mérito muy merecido, ya que todos los ovetenses se ocupan personalmente de mantener sus espacios públicos libres de desperdicios y suciedad, por lo que la limpieza forma parte de su cultura.
Una concienciación por la que sus ciudadanos no sólo actúan, sino que también exigen y ejercen gran presión a sus responsables públicos, porque no admitirían otra situación, ya que tienen muy asumido que Oviedo es una ciudad muy limpia. Y eso se nota en la política de limpieza pública, pues la capital asturiana cuenta con equipos especiales de limpieza de sus calles, de contenedores y papeleras o de recogidas de basuras de la hostelería, facilitando –en la medida de lo posible– el buen mantenimiento.
De esta manera, Oviedo ha sido ‘coronada’ como la ciudad más limpia en más de 10 ocasiones, desde 1994, con títulos como la “Escoba de plata”, “Escoba de oro” o, en las últimas seis ocasiones, “Escoba de platino”, con una satisfacción ciudadana de hasta el 95%, compartiendo galardón con Luxemburgo el pasado año.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), una de las entidades que analiza la satisfacción de limpieza de los ciudadanos, ha subrayado que, en los últimos años (ver tabla de 2015), las ciudades en las que el presupuesto municipal se ha reducido son las que más han caído en valoración positiva, como es el caso de Cuenca, Valencia y nuestra ciudad, Zaragoza. Asimismo, por el contrario, un incremento de los presupuestos ha aumentado la satisfacción de los usuarios, como en Gijón, Sevilla o Santa Cruz de Tenerife.
Pese a ello, hay que indicar que invertir más dinero no garantiza una ciudad más limpia pues, por ejemplo, Madrid es una de las ciudades que más destina a su limpieza (78 euros por habitante al año) y, sin embargo, es una de las más sucias, mientras que la propia Oviedo (52 euros por habitante), Gijón (36 euros) y Pamplona (40 euros), con un gasto mucho menor, están en el top 10 nacional de las más limpias.
Lo que parece evidente, siendo el mensaje que debemos rescatar de estos datos, es que una ciudad limpia no es la que más se barre sino la que menos se ensucia, y los ciudadanos tenemos la clave para que así sea.
Oviedo es el ejemplo…