Buzón Ciudadano

Los humos negros de los buses de Zaragoza, sus consecuencias y cómo evitarlos

Humos Negros de los Autobuses de ZaragozaDesde hace más de un año, hemos recibido decenas de denuncias sobre los humos negros que salen de los tubos de escape de los autobuses que dan servicio a los zaragozanos, al igual que ocurre con muchos vehículos privados, y ya es común verlos circular por las calles sin ningún tipo de control por parte de las autoridades competentes, a pesar de las respuestas que recibimos de Avanza Zaragoza S.A.U. sobre sus revisiones periódicas.

En realidad, no se trata sólo de preocuparse por el estado de los autobuses, sino que existe un grave riesgo con la liberación de los gases, que se encuentran dentro del humo negro u hollín, para la salud de las personas y los estándares de calidad del medioambiente, al cual contaminan seriamente, pues estos agentes contaminantes, procedentes de la quema de los combustibles fósiles o convencionales, afectan al aire, el agua y el suelo, así como la vida animal y vegetal.

En principio, el humo negro es causado por el exceso de gasoil que ha entrado en los cilindros del motor, provocando una mala combustión de la mezcla aire-combustible que no puede ser quemada completamente. De esta manera, el combustible sin quemar –o que sufre una combustión incompleta– se transforma en partículas muy pequeñas de carbón, de color negro, que, junto con otros gases contaminantes, son las que se liberan por el tubo de escape de los vehículos. Este humo negro, mezclado con gases tóxicos, contamina los pulmones, irrita los ojos y degrada, en particular, el ambiente urbano.

Un fenómeno que se agrava en caso de que el combustible que se utiliza sea de mala calidad, con altos contenidos de dióxido de azufre (SO2), uno de los tóxicos que aumenta la contaminación del medio y afecta la salud de los ciudadanos.

EFECTOS SOBRE LA SALUD Y EL MEDIOAMBIENTE

El humo negro está compuesto, de media, por entre un 60% y 80% de macro y micropartículas que incluyen el humo negro; a lo que se le suman cantidades variables de monóxido de carbono (CO), dióxido de carbono (CO2), dióxido de azufre o anhídrido sulfuroso (SO2), óxidos de nitrógeno (NOX), compuestos de plomo (Pb) e hidrocarburos aromáticos, entre otros, que son causantes de una amplia gama de trastornos cardíacos y pulmonares

El monóxido de carbono es un gas inodoro e incoloro que puede causar la muerte cuando se respira en niveles elevados, produciéndose por la combustión incompleta de sustancias como el gas, gasoil, queroseno, carbón, así como por el motor encendido de los vehículos parados.

Por su parte, el dióxido de azufre se convierte en ácido sulfúrico en la atmósfera y es el principal causante de la lluvia ácida. Éste se libera por la combustión del carbón y derivados fósiles del petróleo: el diésel o el gas natural. Mientras, los óxidos de nitrógeno son liberados cuando se emplean combustibles o mezclas de baja calidad; también con la combustión del carbón, petróleo o gas natural.

Asimismo, los compuestos de plomo (Pb), se agregan a la gasolina para mejorar el rendimiento del motor, pero son altamente tóxicos. Entre los daños que provocan figuran, entre otros, la disminución de la producción de hemoglobina, provocando estados de anemia; daño a los riñones; o disminución de la fertilidad del hombre. Aunque el perjuicio al medioambiente es también muy severo, porque se acumula en el suelo, en el agua y en los cuerpos de los microorganismos terrestres y acuáticos.

También los hidrocarburos aromáticos afectan al aire, el agua, el suelo, la vida animal y vegetal y, claro está, a la calidad de vida del ser humano; donde se encuentra el formaldehído (CH2O), una sustancia potencialmente cancerígena, que causa irritación ocular y respiratoria, sequedad de garganta, náuseas, cefaleas y problemas respiratorios.

Y, por supuesto, no podemos olvidar el dióxido de carbono, un importante gas de efecto invernadero que absorbe el calor de la atmósfera, reenviando una parte de nuevo a la superficie terrestre. Un gas cuya exposición puede causar lesiones de visión, congestión pulmonar, lesiones del sistema nervioso central, hipertensión arterial y dificultad respiratoria. Incluso, en altas concentraciones, puede provocar la muerte.

¿QUÉ PUEDE HACERSE?

Existen varias medidas y prácticas que pueden adoptarse:

  • Realizar un correcto y continuo mantenimiento de la flota de autobuses, comprobando que esté siempre en buenas condiciones de funcionamiento.

  • Utilizar combustibles sin azufre o con un bajo contenido del mismo (menos de 50 partes por millón).

  • Aumentar el empleo de energías renovables, como la solar y eólica, en vez de la fósil o convencional.

  • Aumentar las superficies vegetales y forestales que actúan como captadores o sumideros de carbono.

  • Mejorar las vías de circulación dentro de la ciudad, arreglando las calzadas de manera óptima y no solucionando problemas concretos (baches, socavones, brechas, etc.) con parches temporales.

CONCLUSIÓN

Queda claro que la contaminación que provoca el humo negro tiene serias consecuencias para la salud de las personas y el medioambiente. Pero, además, la deforestación y corte de árboles urbanos, además de la quema de la basura y residuos que generamos los seres humanos, contribuyen a la generación de humo tóxico.

Las medidas están expuestas y tanto el Ayuntamiento de Zaragoza como la empresa Avanza Zaragoza S.A.U. deberían actuar urgentemente para que un medio de transporte público colectivo, como es el autobús, no contribuya a la contaminación, dado que, en comparación con el transporte individual, es mucho más eficaz en términos de consumo de energía y facilita la circulación.

Humos Negros de los Autobuses de Zaragoza

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